Hoy en día nadie está de
acuerdo con la esclavitud, o por lo menos nadie en su sano juicio. Durante
siglos existió esta institución, la de la esclavitud. Humanos que trataban como
cosas a otros seres humanos, aberrante.
Sin embargo, en pleno siglo
XXI nuestra civilización todavía presenta varias instituciones y fenómenos que
también son aberrantes, y anacrónicos, pero que la gente ve como normales.
¿Cuáles son estos anacronismos? Varios, entre ellos, la pobreza, las corridas
de toros, las monarquías, las guerras.
Miremos uno por uno. La
pobreza. No tiene sentido que todavía haya gente que no tenga para comer,
mientras que otros derrochan dinero y recursos en superficialidades. Según la FAO,
más de 842 millones de personas en el mundo sufren de hambre, increíble,
mientras tanto, hay gente que literalmente bota el dinero a la basura comprando
pendejadas. Yo no sé a ustedes pero a mí esto me parece aberrante. La pobreza
es una aberración, no tiene sentido que todavía hayan pobres en el planeta.
Vivimos en un mundo de grandes avances tecnológicos, pero todavía hay millones de
personas que no tienen ni para comer. No creo que esos 842 millones de personas
que sufren de hambre sean vagos, o maleducados, o parásitos, no lo creo, el
problema es el sistema de convivencia que tenemos en nuestras sociedades, que
está basado en la dominación y no en la cooperación. Mientras exista este
sistema contra natura, habrá hambre y
pobreza.
Las corridas de toros. He
expuesto mi posición contra la fiesta brava de manera amplia y contundente. Es
una inmoralidad. Torturar y matar animales por deporte es una aberración. No es
un arte, no es un deporte, es una porquería. Los animales sienten dolor como
los seres humanos, y no es justo que se les administre esta agonía por el “gustico”
de algunos desadaptados. Es verdad, vivimos en una sociedad carnívora, pero una
cosa es matar por necesidad y con respeto, y otra muy distinta matar y torturar
un animal en medio de una fiesta de borrachos y de esnobs.
Las monarquías. ¿Qué le da
legitimidad a un rey o una reina para ejercer como tal? Nada, solo el hecho de
ser hijo de fulanita o de sutanito, de resto, nada. Las monarquías son
tradiciones caducas, anacrónicas, no deberían existir. Que un gobernante ejerza
como tal por su sangre es casi que risible en pleno siglo XXI. En la antigüedad
los reyes basaban su poder en un supuesto origen divino; pero hoy, ese
argumento solo provoca carcajadas. Aparte de eso, las monarquías generan gastos
excesivos para los erarios de los Estados donde están establecidas; los
impuestos de los contribuyentes se van en mantener palacios, castillos,
mansiones, yates, campos de golf, barcos, y lujos en general, de familias
enteras que viven como semidioses. Los matrimonios y las ceremonias reales con
toda su pompa se ven muy bonitos, pero eso no tiene asidero en el mundo
contemporáneo, donde debe haber un gobierno gerencial moderno basado en principios
de alta administración pública, y no en abolengos y árboles genealógicos.
Muchos dirán que la democracia es peor, y que es preferible que al mando de los
Estados haya personas que por tradición y por pedigrí sepan mandar. Es ilógico,
pensar que una aptitud para el buen gobierno se pueda transmitir por genética,
repito, es absurdo; pero ni modo así piensan los monarquistas. Mantener las
monarquías por tradición es peor, más vergonzoso. La esclavitud también era una
tradición y se abolió porque no servía, porque era inmoral.
Las guerras. Desde que
existe el ser humano hay guerras. Muchos piensan que es algo esencial al
hombre. No es cierto. Los conflictos bélicos en varios casos han sido causados
no por disputas políticas, o religiosas, o territoriales, sino por intereses
artificiales, por intereses económicos. Para beneficiar a los mercaderes de la
guerra. Ponen a pueblos enteros a odiarse entre sí para ganar dinero. Es una aberración,
es otro anacronismo. Yo creo que el ser humano es pacífico por naturaleza, pero
los intereses creados nos han convencido que no. Las guerras serán capítulos de
la historia superados. En varios siglos nuestros descendientes mirarán con
horror esta tragedia. Cuando se superen las artificialidades, los hombres
volverán a ser hermanos (como decía Beethoven).
Pobreza, corridas de toros,
monarquías, guerras, todos estos son anacronismos que no se han superado. Algún
día serán cosas de museos y anécdotas de libros de historia; como la
esclavitud.
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