Según estadísticas de la educación
de Colombia solo el 40% (algunos dicen que este porcentaje es más bajo, probablemente el 20%) de los
bachilleres egresados de los colegios pueden acceder a una universidad en
nuestro país. En las naciones del Primer Mundo este porcentaje alcanza el 75%.
Estamos quedados, la educación superior es un lujo y cuando se accede a ella no
hay forma de saber si es posible estudiar en una institución de calidad ya que
solo 38 universidades en Colombia tienen acreditación de alta calidad.
¿Hacia dónde van las
universidades? ¿Qué futuro tienen? Es indudable que la educación superior es
necesaria, que formar profesionales especializados es un requerimiento de la
vida moderna, sin embargo, ¿se están formando los profesionales que necesitan
las sociedades? ¿Qué deben modificar las universidades para formar mejor a sus
alumnos? ¿Qué futuro tienen las carreras humanísticas como filosofía, antropología,
sociología, etc? ¿Hay demasiados abogados? ¿Deben auspiciarse las carreras
técnicas y tecnológicas?
Como ya lo he dicho en
varios artículos el problema de la educación no es tanto de cobertura como de
contenidos. ¿Cuáles contenidos? Deben transmitirse más valores positivos a los
estudiantes, actitudes que aporten a la sociedad constructivamente. ¿De qué nos
sirve estar llenos de profesionales bilingües si muchos o algunos de ellos son
unos verdaderos hampones? El bilingüismo no garantiza que un profesional sea
inmoral o no, sin embargo, en las universidades –sobre todo en las colombianas-
debe hacerse un mayor énfasis en el tema ético, en el tema moral, en el tema de
convivencia social. Las universidades no están cabalgando al ritmo de los
nuevos tiempos, y no me refiero a la tecnología porque la mayoría de los
centros educativos de primer nivel tienen departamentos de sistemas muy sofisticados
y puestos al día en esas materias. No, me refiero a las realidades del mundo,
del hombre.
No es un misterio que el
sistema de convivencia humano actual está haciendo agua, si no lean la
encíclica del papa Francisco “Laudato si” que trata sobre este tema. El sistema
de convivencia humano es el responsable del daño al medio ambiente, de la
pobreza, de la injusticia, de los conflictos que tiene el hombre consigo mismo
y con su entorno. Las universidades a veces sirven como reproductoras y
amplificadores del status quo vigente, sin embargo, esto ya no puede seguir
así, hay una crisis y las universidades deben dar respuestas claras y
contundentes a este tema, para solucionarlo.
Por lo tanto, ya estamos
viendo que hay dos zonas de mejoramiento en el ámbito universitario: uno, el
tema ético, de formación en valores y dos, el tema de la revisión del actual
sistema de convivencia humano. Si las universidades no revisan estos dos
ámbitos se quedarán rezagadas en el tren de la historia.
El tema de la financiación
de los centros de educación superior es una preocupación en alza. ¿Cuánto
cuesta estudiar en una universidad de primer nivel en Colombia? Depende de la
carrera, pero por dar una cifra promedio, más o menos se requiere desembolsar
entre 4.000 y 5.000 dólares semestrales. Una cifra alta para un país como el
que vivimos. El Gobierno ha implementado el programa “Ser pilo paga” que
auspicia a miles de estudiantes de bajos recursos que desean estudiar en la
mejores universidades de Colombia. Eso es un buen comienzo. De otro lado, las
mismas universidades están otorgando becas a esos estudiantes de bajos
recursos, de manera ascendente. Según el Rector de la Universidad de los Andes,
el 40% de los alumnos de este centro educativo pertenecen al programa “Ser pilo
paga” y al programa “Yo quiero estudiar” que promueve precisamente este tipo de
fenómenos: el de financiar las matrículas de estudiantes de estratos bajos (1 y
2).
Las universidades deben
buscar otros medios de financiación para su funcionamiento y desarrollo, las
matrículas y los ingresos por este rubro debe ser cada vez menor. Promover el
sistema de donaciones entre los egresados, ampliar la oferta de servicios
académicos como consultorías, asesorías, y la educación continuada; ingresar en
el sistema de crowdfunding para obtener mayores recursos a través de una
alianza con el sector productivo y con el sector privado en general. Buscar la
innovación en este campo es necesario, en las universidades no deben estudiar
los que puedan sino los que deseen hacerlo si tienen las capacidades académicas
e intelectuales. ¿De qué nos sirve que las universidades estén llenas de hijos
de papi y mami que les puedan costear las carreras, si a la hora de estudiar
estos hijos de papi y mami son unos verdaderos pelmazos? No, las universidades
deben llenarse de pilos, de intelectuales, de gente que de verdad quiera
prepararse y cultivarse intelectualmente.
La relación profesor-alumno
también debe transformarse; hasta ahora, el sistema de convivencia humano ha
sido amplificado por la relación profesor-alumno en los centros educativos, es
una relación vertical. El profesor enseña y el alumno aprende. No, yo creo que
pasarse de una relación vertical a una relación horizontal, el profesor debe
acompañar el proceso educativo del alumno, pero eso no implica que deba ser un
dictador, un preceptor. El profesor debe ser un compañero de viaje en el
proceso educativo del alumno, de tal forma que el estudiante empiece a marchar
por su propia cuenta desde un comienzo, desde que se forma como profesional. La
ventaja de una relación horizontal en el proceso educativo es que permite al
alumno ampliar sus horizontes, y por lo tanto, no estar sometido al estricto
programa de la materia que determina el profesor o la universidad; eso también
le permite al alumno ser más crítico y más creativo.
Sobre el control de las
universidades por parte del Gobierno, esto debe matizarse. Por un lado, la
Constitución establece la autonomía universitaria, pero por otro lado, muchas
universidades han incurrido en verdaderos abusos en nombre de esa misma
autonomía. El Gobierno sí debe controlar a las universidades, pero también debe
permitir que cada una se desarrolle de acuerdo con sus aptitudes, con sus propósitos
y con su trabajo. Aquí me parece que el punto medio es el ideal. Rectores de
universidades (como la del Rosario, según se ha pronunciado el doctor José
Manuel Restrepo), están de acuerdo con la creación de una Superintendencia de
la Educación Superior; yo creo que esto es sano igualmente, sin embargo, las
facultades de esta superintendencia deben estar claras, y solo deben llegar
hasta un punto determinado mínimo, que determinen con especificidad las
directrices para que las universidades no incurran en abusos con los estudiantes
matriculados y punto, aparte de la sociedad claro está; mejor dicho, que estas
universidades no se desborden pero que tampoco se limiten en su desarrollo
propio, y que el límite sea ese: el no abusar del alumno y de la sociedad.
La Nueva Humanidad necesita
nuevas universidades. Centros de formación de nuevos seres humanos para una
sociedad más fraterna, más cooperante, más pacífica, más humana, más creativa,
más emprendedora, más progresista, más ecológica, más civilizada.
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