El músico argentino llevaba más
de cuatro años en estado de coma; después de un concierto en Caracas sufrió un
accidente cerebro-vascular que lo dejó así. Gustavo Cerati fue el líder de la
banda más exitosa del rock en español: Soda Stereo. A finales de los años 80 la fiebre de esta onda
melómana llegó a Colombia; a través de las emisoras juveniles pudimos escuchar
ese sonido glamoroso, sofisticado y hasta dulce; el sonido de una nueva
corriente latinoamericana. Ya no era la música protesta de los años 60 y 70,
donde nos lamentábamos del colonialismo yanqui o del poder trepidante del
capitalismo; era una música que hablaba sobre el amor, sobre las mujeres, sobre
los hombres, sobre el romance, sobre las ciudades, sobre las preocupaciones
universales de los jóvenes del mundo. Era el rock latinoamericano en español,
donde paradójicamente también intervinieron los ritmos de las bandas españolas
como Hombres G, Mecano o Duncan Dhu.
Para quienes éramos
adolescentes en esa época (finales de los 80), Soda Stereo representó no solo un sonido sino una posición en el
mundo; era el ritmo de la globalización de la música en nuestro propio ámbito
particular. Los jóvenes de aquella época no dejamos de escuchar a las bandas
norteamericanas o británicas, como Guns ’N’ Roses, Bon Jovi, Def Leppard, The
Cure o U2. Sin embargo, las canciones de Soda Stereo predominaban en aquel
ambiente.
En las fiestas de esos años se
podía bailar al ritmo de Wilfrido Vargas o de Juan Luis Guerra, pero también
con Soda Stereo o Miguel Mateos. La banda sonora de esa
generación de jóvenes era la música de este grupo de rock liderado por Gustavo
Cerati, al que acompañaban Zeta Bosio y Charlie Alberti.
Persiana
americana, Prófugos, Signos, Juegos de seducción, De música ligera, Zoom,
Trátame suavemente, La ciudad de la furia, Pic nic en el 4b, Cuando pase el
temblor, Té para tres, Nada personal, son algunos de los títulos de
las canciones de Soda Stereo. Son varios himnos que las personas de nuestra
actual edad no dejamos de escuchar; esas canciones no dejarán de estar
presentes en nuestras vidas. Lo que para los hippies de los años 60 y 70 fueron
Los Beatles o Los Rolling Stones, para nosotros fue Soda Stereo.
Aquella época de finales de los
años 80 donde no había teléfonos móviles, ni Internet, ni Blackberry. Aquella
época donde las emisoras juveniles nos decían qué escuchar, y qué estaba de moda
en Estados Unidos, Europa y Argentina. Esa época de cartas escritas a mano, de
llamadas telefónicas anónimas a amores imposibles, de viajes a Unicentro (el
centro comercial de moda), y de expectativas sobre el futuro. Esa época estuvo
llena de Soda Stereo, de Gustavo Cerati. Todavía me acuerdo de varias reuniones
con amigos, donde al calor de unos tragos nos hipnotizábamos con ese sonido que
no ha dejado de moverse en nuestras mentes.
Cuando esta banda musical
estuvo de moda por esos años, nunca tuve la oportunidad de asistir a algún
concierto. Por X o Y razón nunca fui. Sólo, después de veinte años, la novia
que tenía en ese momento me invitó a ver una presentación de la banda argentina;
era una especie de despedida que ellos estaban llevando a cabo. Fue la última
vez que Soda Stereo tocó en Colombia. Siempre me acordaré de la canción con la
que empezó el concierto: Juegos de
seducción. La letra inicial es más o menos así:
Voy a ser tu mayordomo
y gozaras el rol de señora piel
o puedo ser tu violador
en la imaginación
esta noche todo lo puede
te llevare hasta el extremo
te llevare
abrázame
este es el juego de seducción…
y gozaras el rol de señora piel
o puedo ser tu violador
en la imaginación
esta noche todo lo puede
te llevare hasta el extremo
te llevare
abrázame
este es el juego de seducción…
Gustavo Cerati murió a los cincuenta y cinco
años, después de haber estado más de cuatro años en estado de coma; el 4 de septiembre
de 2014 su corazón dejó de latir. Falleció en su apreciada y querida Buenos Aires. La presidenta de Argentina decretó dos días de duelo nacional, y miles
de sus fans salieron a las calles a acompañar el recorrido fúnebre. La música
de Soda Stereo y de Gustavo Cerati seguirá sonando por los años de los años;
sus admiradores agradeceremos siempre el haber compuesto estas canciones, y
probablemente nuestros hijos y nietos también las admirarán. Buen viaje querido
Gustavo, desde Colombia con amor.
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