Muchos recurren a los
diccionarios para definir una palabra; los abogados decimos que esa es la
interpretación gramatical o exegética de una norma. Uno de los resquicios de
nuestra educación aristotélica, tomista, basada en clasificaciones, catálogos,
definiciones. ¿Qué es cultura? ¿Un conjunto de conocimientos? ¿De valores? ¿De
costumbres? Selma Lagerlof afirmó que es “lo que queda cuando se olvida todo lo
que se aprendió”.
Para mí –la cultura- es
todo aquello que ha construido el ser humano a lo largo de su historia. También
es todo lo que ha construido cada ser humano individualmente. Eso es cultura.
Por eso se habla de la cultura de los pueblos, de los hombres, de las
comunidades.
¿Puede haber seres
incultos? Nuestra “cultura” nos dice que sí. Sin embargo, cuando decimos que
alguien es inculto nos referimos a que no tiene educación, confundimos una cosa
con la otra. Una cosa es la cultura y otra es la educación. Aunque la cultura
se transmite a través de la educación. Todo hombre tiene cultura.
¿Vivimos una cultura banal,
superficial? Mario Vargas Llosa ha sentenciado que sí. Él la llama la cultura
del espectáculo. La mediatización de la cultura. Mejor dicho vivimos una
cultura mediática caracterizada por la impronta y la influencia de los medios
de comunicación: la televisión, la radio, y ahora principalmente por la
Internet.
Nuestra cultura es la que
ha formado los medios de comunicación masivos, una masificación de la cultura
es lo que vivimos en estas épocas. ¿Es eso bueno o malo? Yo diría que ni es
bueno, ni es malo, simplemente es. Los medios de comunicación, como su nombre
lo indica son “medios”, mecanismos para la transmisión de ideas. En este caso,
los medios de comunicación de estas épocas –las actuales- nos transmiten una
cultura basada en unos valores que están determinados por los dueños de esos
medios de comunicación.
En una sociedad capitalista
los dueños de los medios de comunicación también son capitalistas. Por lo
tanto, los valores que se transmiten a través de los medios de comunicación están
basados en el materialismo, en el consumismo, y en algunos casos en el egoísmo,
en la avaricia, en la competitividad. Esa es la cultura imperante hoy en día.
Repito, ¿es eso bueno o malo? Ni lo uno ni lo otro si se ve desde una óptica
descriptiva, ahora bien si lo que se quiere es hacer una crítica axiológica o
moral del asunto, pues podemos decir que transmitir esos valores no es lo más
deseable para construir una mejor sociedad, o una mejor humanidad.
Para cambiar los valores
imperantes tenemos que cambiar los mecanismos de transmisión de valores. Sin
embargo, ¿cómo hacemos para mejorar o modificar esos mecanismos de transmisión
de valores? A través de esos mismos medios de comunicación. Si bien es cierto
la televisión, la radio, y hasta la Internet se encuentran monopolizados en
ciertas manos, también es cierto que la democratización de esos medios
electrónicos es una realidad. Facebook, Twitter, los blogs han masificado los
mecanismos de transmisión de información, de valores. Hoy cualquiera puede
abrir un blog, una cuenta de Twitter y decir masivamente lo que le venga en
gana.
Vargas Llosa es pesimista
frente a este fenómeno masivo, porque no es elitista, no es sinárquico (me
refiero al fenómeno no a Vargas Llosa). Empero, el control de las masas de
través de los medios electrónicos es una realidad, pero también será un medio
de salvación de esas mismas masas en cuanto a la tentación de controlarlas de
manera ilimitada. La cultura masificada que hoy vivimos será la tabla de
salvación de la civilización humana. Vargas Llosa piensa que eso es una
abominación, pero no, es un respiro para la cultura humana libre; es la
libertad que se abre paso como la ley de la selva.
Una cultura de dominación o
basada en la dominación no es cultura es avasallamiento, es esclavización. Por
lo tanto, la cultura humana como tal tiene un respiro en esta orientación de
los medios de comunicación, en esta utilización de los medios de comunicación.
La libertad será la primera beneficiada en esta cultura actual que le suena a
muchos –como a Vargas Llosa- como vulgar, populista, inculta, o políticamente
incorrecta. La tecnología es una espada de doble filo: puede servir para
dominar o puede servir para emancipar.
Yo no soy tan pesimista
como Vargas Llosa, yo creo que esa “cultura del espectáculo” como la llama él
será la garantía del mantenimiento de la autodeterminación del ser humano, de
la autonomía humana, del futuro de los hombres. Las élites toda la vida
mantuvieron una monopolización de la cultura a través de los medios de
comunicación, eso ya no será –o no es- posible en una nueva humanidad donde los
medios de comunicación están en manos de todos y no en las de unos cuantos
ilustrados cultos.
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