El pensamiento progresista


Sí, últimamente –y como siempre- estamos siendo atacados por los “poco progresistas”, por los miedosos, por los defensores del statu quo corrupto. El pensamiento progresista no es más que la filosofía que propende por un mundo más humano, más amoroso, más fraterno, más tolerante, más racional, más sensato, más cooperante, más compasivo, más digno.

Progresistas como Jesús de Nazaret, Sócrates, Martin Luther King Jr, J.F Kennedy, Mahatma Gandhi, Jorge Eliécer Gaitán, Luis Carlos Galán o Álvaro Gómez Hurtado fueron asesinados por defender estas ideas, las progresistas. El progresismo no es popular, ni mucho menos, porque trata de despertar las conciencias de las personas, y desafortunadamente lo que menos quiere la gente es que la despierten.

Los “poco progresistas” son populares, claro, porque le dicen a la gente: “sigan así, dormidos”. De cierta forma el progresismo, a contrario sensu, es un salto al vacío, es un camino incierto porque está basado en la confianza, en el amor. El “poco progresismo” está basado en el miedo, y defiende el statu quo imperante porque no les queda otra salida sino ser unos aduladores de los poderosos, ser unos “lagartos” como decimos en Colombia.

El progresismo defiende la tolerancia, el hecho de que hay personas que piensan diferente y que por ese simple hecho –por pensar diferente- no deben ser defenestradas, alejadas, heridas, insultadas o maltratadas. Sin embargo, una cosa es la tolerancia y otra muy distinta la alcahuetería. Tolerar acciones inmorales es eso: alcahuetería. Un ejemplo de eso son las corridas de toros donde se maltrata a los animales como diversión, como show. Esto no se puede llamar tolerancia con el pensamiento diferente, porque las corridas de toros son inmorales. Es alcahuetería.

Es curioso que los “poco progresistas” se ufanan de serlo, pues claro, porque su estúpido comportamiento está acorde con el pensamiento mediocre de la masa, de los dormidos, de los ignorantes. El progresismo, en cambio, es nada popular, si no miren como terminaron Jesús de Nazaret, o Sócrates, o Mahatma Gandhi: asesinados.

El progresismo es una filosofía que promueve el amor universal, la fraternidad, el entendimiento entre los hombres, el respeto a la naturaleza, a los animales. El progresismo no es de izquierda ni de derecha, porque esa concepción del espectro político está mandada a recoger, viene de la Revolución francesa, del siglo XVIII, y las cosas desde hace dos siglos han cambiado mucho, mucho.

Para los “poco progresistas” maltratar toros en una plaza es normal, que haya gente súper millonaria y 790 millones de personas que no tengan para comer es normal, que el egoísmo y que el individualismo imperen en nuestra sociedad es normal para ellos. Los progresistas abogamos por un mundo más justo, más humano, más fraterno, más cooperante.

La tolerancia con la intolerancia es alcahuetería. Si bien existe la libertad de insultar no por ello lo debemos hacer, si bien existe la libertad de ser egoístas no por eso lo debemos hacer. La libertad es un concepto poco entendido, o mal entendido, los “poco progresistas” entienden por libertad como hacer lo que me venga en gana, para los progresistas la libertad es la posibilidad de hacer siempre el bien, es diferente, ¿si se dan cuenta? Cuando un violador comete una afrenta contra una mujer no la hace en virtud de su libertad sino fruto de su esclavitud a un vicio, a una perversión. El inmoral no es libre porque está sujeto a su pensamiento equivocado.  

Maltratar a un animal es inmoral, es equivocado. En Colombia, por ejemplo, los animales ya no son cosas, son seres. Por lo tanto, la definición de tortura ya se aplica a ellos. Las corridas de toros son simple y llanamente causar tortura a un animal. Los “poco progresistas” afirman que los anti-taurinos somos fascistas porque estamos en contra de la libertad de los taurinos para maltratar animales. Posición errada, ignorante. Estar de acuerdo o tolerar una conducta inmoral no es tolerancia es alcahuetería; eso es como tolerar la violación de una mujer, por ejemplo, para permitir el libre desarrollo de la personalidad del violador. Pues desde luego que la violación es inmoral y debe ser castigada y reprimida, no tolerada. No es un problema de limitación de la libertad, es un problema de poner límites a conductas lesivas en la sociedad por culpa de la esclavitud ante los vicios y el mal-pensar.

El progresismo propende, como ya lo dije, por una auténtica libertad, por una tolerancia hacia conductas morales pero que difieren en gustos o en opiniones, por un mundo más fraterno, menos individualista, menos materialista. El progresismo es la filosofía del amor traducida en hechos políticos, económicos, sociales y ecológicos. El progresismo es la filosofía que propende en últimas por la Nueva Humanidad, mientras que los “poco progresistas” son como cerdos que se revuelcan en el antiguo mundo corrupto, materialista y estúpido que todavía impera por culpa de los ignorantes, de los inmorales, de los corruptos.

¡Viva el progresismo, viva la Nueva Humanidad!


No hay comentarios:

Publicar un comentario