El movimiento por la Nueva Humanidad


Quisiera empezar este año 2017 escribiendo un post dedicado a todas aquellas personas en el mundo que se dedican a la filantropía, a la solidaridad, a promover la cooperación y la hermandad, a todas aquellas personas que luchan por la libertad, y que en general, desean ver una humanidad más pacífica, más compasiva, más fraterna, y no solo consigo misma sino también con su entorno, con los animales, con el medio ambiente.

Sí, el movimiento por la Nueva Humanidad es un hecho, no es un invento mío, no es una moda de cuarzos, inciensos, mandalas, piedras milagrosas o velas aromáticas. No, la Nueva Humanidad es un movimiento no organizado, que más que un partido político, o grupo, o club, es una filosofía que hoy en día es compartida muchas personas en los cinco continentes, sin importar su raza, su religión, su sexo, su nacionalidad.

La Nueva Humanidad es el intento o más que intento, es la acción que se está llevando a cabo para dar un salto cuántico en la historia de nuestra especie; se trata de pasar de un sistema de convivencia humano basado en el materialismo, en el egoísmo, en el individualismo, en el consumismo, a un sistema basado en la cooperación, en el amor, en la fraternidad, en la abundancia, en la simplicidad de la naturaleza.

Yo diría que el mayor impulsor a nivel mundial de esta idea es el mismísimo papa Francisco, líder de la Iglesia Católica y Obispo de Roma. Francisco a través de su encíclica “Laudato si” nos explica cómo el hombre se está autodestruyendo porque no se respeta a sí mismo, y tampoco respeta a la naturaleza y a su entorno. En este excelente documento el papa Francisco nos invita a ser más solidarios, más cooperantes, y más respetuosos de los animales, del medio ambiente, de la “Casa común”.

El individualismo ha sido vendido –si así se puede decir- como expresión de la libertad, cuando es todo lo contrario. El individualismo es la máxima expresión de la negación del espíritu humano que es total, que es unitario. Nuestro prójimo no es nuestro enemigo, es nuestro hermano, es otra expresión de nosotros mismos pero encarnado en otro cuerpo en el mundo relativo, en el mundo material; en el espíritu todos somos uno. Por lo tanto el individualismo no es más que una expresión del materialismo.

La libertad no es hacer lo que uno quiera, cuando uno quiera, la libertad es poder sintonizarse con el espíritu, y si somos absolutamente individualistas pues no nos estamos conectando con el espíritu, de esta forma, no somos libres. La libertad es la manifestación del espíritu humano, cuando reconocemos al otro, como “yo” en otro cuerpo, estamos reconociendo que para ser libres tenemos que tener en cuenta al otro.

La libertad está en peligro por este motivo. Al no reconocer al otro como yo, pero en otro cuerpo material, simplemente lo vemos como alguien distinto, como mi competidor, como mi enemigo, y eso es lo que buscan los enemigos de la libertad: quieren conflictos para dominar. La libertad, por lo tanto, busca la amistad, la fraternidad entre los hombres, porque esa es la única forma de ser auténticamente libres.

El año pasado tuve la oportunidad de ver un excelente documental, gracias a la muy amable invitación que me hizo Cine Colombia; se trata del filme “Mañana” (o “Demain”), esta producción es una excelente expresión de lo que está pasando en nuestro planeta con respecto al movimiento de la Nueva Humanidad. Todos los esfuerzos que se están haciendo a nivel mundial para instaurar un sistema de cooperación, de colaboración, de hermandad entre los hombres. Si todavía no lo han ido a ver, pues los invito a que no pierdan su tiempo y vayan a observarlo, y a deleitarse con las nuevas acciones que están realizando los hombres auténticamente libres.

Bueno, que este nuevo año 2017 colme a todos mis lectores de abundancia, de prosperidad, de salud, de amor, de bienestar, de buen humor y de mucha esperanza. La Nueva Humanidad necesita personas audaces, inteligentes, tenaces, optimistas y muy compasivas, sobre todo. La Nueva Humanidad no es política, no es economía, no es una herramienta de dominación, es un esfuerzo por llevar a este planeta y a sus habitantes a un mejor vivir, para que se cumpla la promesa del Maestro de “traer el reino de los cielos a este mundo”.

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