Tuve la oportunidad de ver
el documental que recientemente se hizo sobre la vida del exvocalista de la
agrupación de rock alternativo Nirvana.
Una vida marcada por los contrastes, por los excesos, por la tristeza y por la
alegría, por la riqueza y por la pobreza, por la creación artística, por el
amor y por el desamor.
Una infancia agobiada por
la separación de su padres, andar de hogar en hogar y de casa en casa como un
trashumante. Eso marcó la vida de Kurt Cobain; quien en sus primeros años de
vida y en su adolescencia estuvo expuesto a varias carencias, de todo tipo,
económicas, afectivas, de aceptación social, etc.
Luego vino la conformación
de Nirvana, integrada por Cobain, por
Krist Novoselic y
por Dave Grohl. La banda, en un principio, tocaba
en lugares pequeños, nada del otro mundo; sin embargo, y después de todos estos
toques “menores”, firmaron un contrato con la disquera de David Geffen para
grabar Nervermind, su primer LP.
Este disco, Nervermind, está
considerado como uno de los mejores que se han grabado en la historia del rock.
Millones de copias se han vendido, y canciones como Smells like teen spirit, Come
as you are, Lithium, In bloom, se volvieron himnos de la
generación del Grunge y del rock alternativo.
Después de haber sido pobre, de haber sido rechazado, de haber tenido
carencias afectivas, Kurt Cobain se subió al Olimpo de la música mundial; y
allí le llegó la fama, el dinero, la gloria. Eso, sin lugar a dudas, tuvo que
afectarlo demasiado. El documental resalta esta situación; yo creo que todo ser
humano que pasa tan faltamente de un extremo a otro en la vida queda afectado de
una u otra forma, y yo estoy seguro que eso le ocurrió al exvocalista de Nirvana.
Hoy en día, Kurt Cobain es una figura de culto; después de su suicidio,
acaecido en 1994, su nombre figura al lado de leyendas desaparecidas como John
Lennon, Jimmy Hendrix, Jim Morrison, entre otros. Cobain se volvió un personaje
mítico; sus frases son recordadas a diario, tal como sucede con aquellas citas
que han pronunciado personas que se han destacado en la humanidad en terrenos
como la política, la ciencia, la literatura o el arte.
Yo estaba en el colegio, acabando el bachillerato, cuando se empezó a
escuchar la música de Nirvana. Nos sorprendió
a todos; veníamos del supuesto rock pesado con bandas como Guns N’ Roses, Def Leppard, Bon Jovi, Poison; pasando por el
movimiento electrónico de Pet Shop Boys,
Erasure y Depeche Mode; y algo que no podía faltar: el rock en español, y
el Metal. Cuando de pronto, Smells like
teen spirit vino a romper el celofán y a imponer una nueva audición del
ritmo en los años 90s.
El rock alternativo se consolidó en Seattle (Washington), y el Grunge, con bandas como Soundgarden, Alice in chains, Pearl Jam, The Smashing
Pumpkins, entre otras. Nirvana
vino a ser el abanderado de todos estos grupos a nivel mundial, y Kurt Cobain
estando en el centro de todo este movimiento. Por aquí, en Colombia, escuchábamos
esa música con precaución, ya que los “alternativos” (los muchachos que se
habían metido de fondo en esta cultura), parecían mantener bajo vigilancia
estricta y secreta los arcanos más oscuros de esta corriente musical gringa
exportada a todo el Planeta. Nosotros podíamos deleitarnos con Soda Stereo, con Def Leppard, pero también con Nirvana;
y al parecer, según “los alternativos” eso no se podía hacer, era una afrenta a
Kurt Cobain y al resto de sus seguidores más fieles. Era como una secta.
Después de 1994 las cosas se debilitaron notoriamente, lo que parecía
ser un rompimiento total con el pasado, solo fue una moda, pasajera, de la cual
solo quedaron los discos de todas esas bandas Grunge, y nada más. Como todo en la vida, como todo lo que pasa en
la humanidad, todo es temporal.
La hija de Kurt Cobain –Frances-, la que tuvo con Courtney Love, y que es
una de las productoras del documental, es hoy una chica muy popular, dedicada
al arte visual –según informa su cuenta de Twitter-, y es uno de los legados
del desaparecido líder de Nirvana. Al
fin y al cabo, para trascender solo se requiere: plantar un árbol, escribir un
libro y tener un hijo.
Cobain ha trascendido no solo por su hija, sino también por su música y
por su actitud ante la vida –no exenta de situaciones extremas como el consumo
de droga y de alcohol-; sus excompañeros de la banda ya se ven bastante
veteranos, y yo me pregunto: ¿cómo
luciría en el presente Kurt Cobain? Sin embargo, esa imagen dejada, de chico
malo con el pelo largo, de semblante desgarbado y despreocupado, es el recuerdo
que nos ha quedado para siempre de este artista.
Hay un hecho particular en el documental, y les recomiendo a todos los
que lo vean que se fijen en este, y tiene que ver con la canción Smells like teen spirit; solo quiero que
se percaten de ese detalle simpático, o de pronto no tanto; aunque simplemente
sea un aspecto curioso del documento audiovisual.
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