Leyendo a Paulo Coelho

En 1996 me animé a leer un libro que me llamó la atención por su título: "El alquimista". En lo personal el libro me pareció muy bonito porque parece un cuento largo, y yo soy aficionado a los cuentos. El libro, sin embargo, no me descrestó, no me mató (como dicen las señoras). Uno o dos años después leí otro libro de Coelho: "Diario de un mago, el peregrino de Compostela". Esta novela me gustó mucho más, y realmente me  generó una auténtica curiosidad por la vida de este escritor brasileño. 

Posteriormente, leí otras novelas de Coelho, "Brida", "La quinta montaña", "A orillas del río piedra me senté y lloré", "Verónika decide morir", etc,etc. Con el paso del tiempo me he convertido en un fan incondicional de este novelista. ¿Qué tienen los libros de Coelho? ¿Por qué ha vendido más de ciento veinte millones de ejemplares en todo el mundo? ¿Por qué ha sido traducido a decenas de idiomas? La respuesta puede ser compleja o sencilla. La respuesta compleja puede ser que Coelho representa una nueva forma de pensamiento o de literatura, un nuevo estilo narrativo que pone a reflexionar al lector sin caer en el rango de la novela new age. La anterior es la respuesta compleja, la respuesta sencilla sería que Coelho es producto del mercado editorial de la autosuperación, y que sus lectores son inadaptados espirituales en busca de respuestas. Ninguna de las dos respuestas es completamente acertada. 

Muchos escritores que se autoproclaman como cultos se burlan de Coelho. "Su literatura es ligera", "es un escritor de new age", "es un escritor para esposas desocupadas", todo lo anterior lo he escuchado de pretensiosos intelectuales que desdicen de Coelho para dárselas de cultos. Ellos no leen a Coelho porque eso sería igualarse a la masa inculta, eso sería aceptar que también tienen inquietudes espirituales. Los intelectuales, o por lo menos los que fungen serlo no tienen esas preocupaciones de la gente normal, ellos ya resolvieron el problema de la vida, de Dios, de la religión, porque ellos ya lo saben todo, ellos no quieren aprender, ellos sólo quieren enseñar sus múltiples conocimientos. Coelho es un gurú de gente light, según los cultos. 

En su biografía, el mismo Paulo Coelho ha confesado que ingresó a la Academia de la Letras de Brasil para cerrarle la boca a los escritores cultos de su país y de otras naciones. Coelho es muy popular dentro de la gente "normal", pero lo cultos, los intelectuales, ya lo etiquetaron como escritor de marketing, de autosuperación. La gente común y corriente ya le dio el visto bueno a Coelho, los "grandes pensadores" siguen debatiendo sobre por qué este escritor brasileño vende tantos libros en el mundo.    

Los libros de Coelho son interesantes, ponen el dedo en la llaga sobre temas complejos, pero el autor no los resuelve con ánimo de pontífice, mejor dicho él no da directrices, simplemente comenta hechos, los narra, y el lector verá cómo utiliza la historia. La reflexión no es guiada, simplemente expone un cuento largo o corto para que el lector decida su propia posición sobre la situación. Y ahí está el meollo del asunto, que Coelho es un buen escritor, es un buen narrador, es un buen literato, ésa es la respuesta. Coelho ha vendido muchos libros por una razón sencilla: porque le gusta a la gente, muchas personas aman sus libros, así de simple. Tacharlo de autor new age, de autor light, o de autor para señoras desocupadas es injusto, es mentira. Él es un buen escritor, así de sencillo, así le duela a los escritores que se autocalifican de cultos. Coelho hace la tarea, y la hace bien, por eso tiene tanta fanaticada, muchos escritores cultos no venden como Coelho porque escriben para una inexistente audiencia intelectual, porque ésa es la verdad, los intelectuales en rigor no existen, existen las personas, y algunas de esas personas piensan que son más inteligentes o mejores que otras, viven en una esquizofrenia anormal donde el mundo se divide en dos: los pensadores y la chusma inculta; pero eso sólo está en sus mentes, por eso sus libros no venden, se quedan en los estantes de las librerías a la espera de los sabios formales, pero estos nunca llegan porque no los hay de verdad. Coelho escribe para todas las personas, no hace esa diferenciación, y por eso es exitoso porque está en armonía con la vida real, porque en la realidad sólo hay humanidad y personas de carne y hueso. Los cultos viven como autistas, en un mundo que gira de otra forma a su vanidad, a su ego. Los sabios de impostura se quedan criticando y tachando a Coelho de escritor de marketing, de chusma, de escritor light, para darse una explicación a ellos mismos de su propio fracaso, y ese fracaso es por culpa de su propia irrealidad, de su propia esquizofrenia, de su propio ego artificial. 

Coelho y yo somos parecidos en algo: nos gusta vivir en el mundo real, en el mundo de las montañas, y de los animales, y del sol, y de los seres humanos. Los otros viven en sus mentes, asumiendo que son muy cultos, cuando en realidad son unos tontos. Ellos nunca leerán a Coelho, porque sería aceptar que también son personas comunes y corrientes, y eso va en contra de su ego. Yo seguiré leyendo a Coelho, porque soy una persona común y corriente, como todos.