Esta no es una reseña cinematográfica, ni
mucho menos, de la más reciente película de Star Wars: Rogue One. No voy a
hablar de la cinta, me reservo mi opinión sobre la misma, sin embargo, sí
voy a hablar de un tema que se toca en la misma y en todos los filmes de la
saga galáctica: se trata de La Fuerza.
Es curioso, en Star Wars los Jedis (guerreros
místicos que buscan la paz y la democracia en la galaxia) utilizan este
concepto para referirse a la inteligencia que gobierna el Universo, y no hablan
de Dios, concepto más unido a la tradición judeo-cristiana de una civilización
terrícola como la nuestra.
No, en esa galaxia, muy muy lejana, los Jedis
se refieren a Dios como La Fuerza, y la describen como un concepto unitario,
como una energía que une a todos los seres a partir de unos elementos diminutos
llamados como “midiclorians”. Obviamente, que en nuestra ciencia terrestre los “midiclorians”
no existen, o mejor dicho, no se denominan así por nuestros científicos, ya que
ellos, los midiclorians serían como los quantums de la Física de nuestro
planeta o algo parecido.
La Fuerza tiene un lado oscuro y un lado
luminoso. Nuevamente Lucas alude al aspecto relativo del mundo fenoménico que
nos rodea a partir de opuestos. El lado luminoso es experimentado por los
Jedis, mientras que el lado oscuro es explorado por los tenebrosos Siths (los
contradictores de los Jedis, aunque paradójicamente ambos grupos reverencian al
concepto de La Fuerza).
La Fuerza unifica ambos conceptos, lo
luminoso y lo oscuro. Sin embargo, La Fuerza estaría por encima del bien y del
mal, otro concepto maniqueo de la filosofía occidental y que tiene su origen
igualmente en la tradición judeo-cristiana que lógicamente no conocen ni los
Jedis ni los Siths.
¿Es una religión La Fuerza? Lucas no aborda
este tema con claridad en Star Wars sin embargo podríamos decir que el concepto
de La Fuerza es utilizado por una orden iniciática caballeresca: La Orden de
los Jedis, e igualmente por la Secta de los Siths.
Los Jedis son una orden iniciática de
guerreros místicos, muy parecidos a los Templarios occidentales o a los
samuráis japoneses, o incluso, a los guerreros taoístas chinos. Mientras que
los Siths serían, o estarían más vinculados a la secta de los Hassassin.
La Fuerza es un concepto
universal, mucho más integral, que hace referencia a la Unidad del mundo
material con el espiritual. Si en nuestro planeta quisiéramos unir a todas las
religiones bajo un mismo concepto de deidad podríamos también referirnos a La
Fuerza. Lucas dio en el clavo con este concepto.
En nuestro planeta, donde
existen diversas creencias religiosas, y donde se reverencian diferentes
divinidades, también podríamos crear un concepto integral más vinculado con una
idea que unifique los diferentes credos y las diferentes teologías, y no
necesariamente tendría que ser La Fuerza, porque esta idea ya está muy unida a
la película de Star Wars. ¿Acaso inteligencia universal? ¿Acaso orden?
Sin menospreciar o subestimar a
las diferentes religiones y a los diferentes credos espirituales la integración
en pos de la paz de las distintas concepciones de la deidad en una sola es
imprescindible para generar un clima de identidad de los seres humanos con su
esencia mortal. Todos somos seres humanos, todos vamos a morir (parafraseando a
Kennedy en Berlín), y todos vivimos en esta nave espacial viviente llamada:
planeta Tierra.
Esa unificación religiosa no
necesariamente debe implicar que cada quien olvide o pierda su identidad
religiosa, todo lo contrario, se trata de hablar un mismo lenguaje sin
fanatismos, sin intolerancia, y con profundo respeto. Porque al fin y al cabo
todos tenemos un mismo hogar global y está acá, en la Tierra. Es absurdo seguir
peleando por dogmas metafísicos, por conceptos, por nombres, por deidades,
llegó la hora de integrar ideologías, de ser prácticos. En esa galaxia, muy muy
lejana, de Star Wars, no están dando un
ejemplo al utilizar La Fuerza como concepto de integración.
“Que la Fuerza te acompañe”
afirman en Star Wars, sí que La Fuerza nos acompañe para integrar las creencias
religiosas en un credo de paz, de cooperación, de fraternidad, para que no nos
sigamos matando por la circunferencia del círculo, sino que hallemos el centro
que es uno solo y es el AMOR. El cual debería ser nuestra única religión.
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