El espacio exterior y la supervivencia de la vida en la Tierra


Varias veces me he referido a este tema: el de la exploración espacial. Desde que finalizó la Segunda Guerra Mundial esa ha sido la obsesión científica de las grandes potencias: conquistar el espacio exterior, colocar satélites, preparar misiones tripuladas y no tripuladas a otros mundos, buscar vida en otros planetas, etc.

En 1969, Estados Unidos logró acertar un golpe contundente a su rival en ese momento –la URSS- en esta carrera: poner un hombre en la Luna. Después, la exploración espacial nos ha llevado a todos los seres humanos a conocer mediante fotografías, imágenes de planetas lejanos, pruebas de la magnificencia del Universo. La tecnología en este campo utilizada por Estados Unidos, Rusia, China y la Unión Europea es impresionante.

El último gran avance lo dio la NASA al colocar la sonda New Horizons al frente del planeta enano Plutón. Aquí en la Tierra supimos cómo era el color de su atmósfera por las imágenes que a cuatro horas luz de distancia nos envió esta sonda exploradora. Impresionante.

En el día de ayer, el científico Stephen Hawking anunció al mundo que estaba interesado en impulsar un proyecto para averiguar si había vida en otros planetas o lugares del espacio exterior. Un multimillonario ya hizo la primera contribución al plan con cien millones de dólares.

En general, la exploración espacial le ha dado muchos aportes a la humanidad sobre todo en el campo tecnológico, ya que muchos avances que se han hecho en esta área se han utilizado en la Tierra para hacer más satisfactoria la vida cotidiana y para conocer más sobre el Universo en el que estamos. Sin embargo, y como ya lo mencionado en otros escritos, no es que yo me oponga al progreso científico o tecnológico, que es muy importante, pero sí sería necesario empezar a determinar prioridades con mayor rigor.

La vida en la Tierra está en peligro debido a la irresponsabilidad de los humanos con nuestro entorno tanto natural como social; más de ochocientos millones de seres humanos no tienen para comer, están subnutridos; la violencia y el terrorismo siguen agobiando nuestra vida; las guerras y la amenaza de una hecatombe nuclear siguen vigentes. La vida en la Tierra (tanto la de animales, como la de los seres humanos) está en riesgo de desaparecer.

Es necesario conocer y explorar el espacio, pero primero deberíamos arreglar los problemas más urgentes aquí en la Tierra; después sí valdría la pena conocer y averiguar si existen o no los seres extraterrestres. Todo ese dinero que se utiliza en los programas espaciales, que son miles de millones de dólares, deberían utilizarse para darle de comer a esos ochocientos millones de seres humanos que no tienen para hacerlo. También, sería necesario utilizar esa plata para la investigación médica y para descubrir de una vez por todas las vacunas para enfermedades como el cáncer, el sida, el ébola, la malaria, la fiebre amarilla, el alzheimer, etc. Ese dinero también serviría para rehabilitar zonas del planeta que han sido destruidas por el hombre; para sembrar árboles, para proteger especies animales en vías de extinción, para descontaminar ríos, arroyos, lagunas, lagos y océanos. Para generar más fuentes de agua potable.    

Está muy bien que el hombre quiera conocer más sobre el espacio exterior pero primero debería poner orden en casa: en el planeta Tierra. Todos esos recursos que se utilizan para enviar sondas al espacio, para explorar el Universo, deberían utilizarse para generar una nueva forma de vida en la Tierra, una nueva forma de vida más solidaria, más compasiva, más fraterna, más cooperante, más respetuosa de la vida, más humana.

No quiero sonar a aguafiestas pero la realidad es cruda, las cosas en la Tierra no están bien; podemos averiguar sobre la vida en otros sitios del Universo, pero primero tenemos que cuidar la que tenemos que en este planeta, en el que habitamos, en nuestra casa. Después, cuando resolvamos todos esos problemas que he mencionado, sí valdría la pena conquistar el espacio exterior con todos los bríos, cuando todos los seres humanos tengan para comer, tengan vivienda, tengan educación, tengan salud, tengan empleo, ahí sí podríamos gastar todo el dinero del mundo en naves espaciales, satélites , sondas, robots viajeros etc. Esa es mi posición, no sé si suena a un anacronismo, pero por lo menos trata de estar sintonizada con la ley moral.   

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