El respeto


¿Qué significa respetar? ¿Qué es el respeto? Se trata de no lesionar los derechos de otra persona con nuestra conducta. Toda persona tiene unos derechos, garantizados por la Constitución del Estado del cual es nacional y por la Carta de los Derechos Humanos de la ONU.

Sin embargo, algunos piensan que otros no merecen ese respeto porque simplemente esas personas están igualmente lesionando mis derechos con su conducta. Una especie de ley del Talión: “ojo por ojo, diente por diente”. “Yo no respeto porque a mí no me respetan” pregonan algunos.

Respetar es convivencia, es tolerancia, es humanidad. El desarrollo de la civilización solo se puede dar en la medida que ese respeto se lleve a situaciones de carácter universal; mientras no haya respeto entre los seres humanos la civilización no podría tener del nombre de tal.
Estamos acostumbrados a pedir respeto de los demás, pero muchos solo pregonan el respeto hacia ellos pero no hacia los otros. Más aun, todos los seres merecen respeto, no solo los seres humanos, sino también los animales y el medio ambiente.

Cuando no se respeta se abre una brecha a la violencia, a la inhumanidad, a la barbarie, al desorden, a la inmoralidad. El desarrollo del respeto nos puede llevar a mejorar nuestra sociedad, nuestra especie. 

¿Es justo irrespetar cuando nos han irrespetado? ¿Ley del Talión? Actualmente esa concepción vengativa de la justicia está totalmente revaluada, sin embargo, los seres humanos en sus actividades cotidianas acuden al “ojo por ojo, diente por diente” para aplicar justicia en propia mano.

Mi mamá me decía: “no te rebajes, no respondas”; eso quiere decir que no debemos pagar con la misma moneda a quien nos ha ofendido o a quien nos ha causado lesión. ¿Por qué decía mi mamá “no te rebajes”? Porque el que ha irrespetado -el irrespetuoso- es un inmoral, caer en su mismo juego es estar a la altura de su inmoralidad.

Todos merecen respeto, incluso los más bajos del espectro moral, sin embargo, es justo decir que una cosa es respetar y otra muy distinta es alcahuetear. Yo puedo respetar o tolerar una conducta no inmoral que yo no comparta, como vestirse de un color que no me gusta, o comer algo que no me apetezca. Yo debo respetar esos gustos, sin embargo, yo no debo respetar conductas que son inmorales. Respetar la conducta del violador, o del homicida, me convierte en cómplice de sus actos.

Respetar es la base para construir una sociedad pacífica. Respetar es evolucionar como seres humanos. Ese respeto nos debe identificar como seres humanos.

De otro lado, la justicia debe castigar a los que han irrespetado los derechos humanos de otras personas; sin embargo, cuando me refiero a la justicia no estoy diciendo que las personas deben por propia mano acudir a medios de hecho para vengarse. No cuando digo justicia me estoy refiriendo a la institución jurídica de la justicia, a las cortes, a los tribunales; deben ser ellos los que determinen el nivel de lesión del derecho, y las consecuencias por ese irrespeto. Esto también es civilización.

Caer en la tentación de acudir a la venganza es peligroso, “yo irrespeto porque me han irrespetado”, no está bien. La ley del Talión ya no se utiliza en el mundo civilizado; en las instituciones de justicia es una forma de reparación del daño demasiado primaria, demasiado anacrónica.

Hoy en día tenemos que acudir a sistema de justicia más sofisticados para reparar el irrespeto a un derecho y reclamar justicia de una forma civilizada. La humanidad solo puede convivir en paz si desarrolla instituciones de justicia eficaces e imparciales.

En los actuales tiempos se abre una brecha al irrespeto porque muchos iconoclastas piensan que tienen algún privilegio para irrespetar a otros. Muchos privilegiados, o presuntos privilegiados arremeten contra otros porque asumen que están por encima del resto de los seres vivos; y están equivocados, todos los hombres tenemos la obligación de obedecer la ley moral, grabada en nuestros corazones, y hacer de nuestra conducta una ley universal, como diría Kant. Irrespetar no está bien, es inmoral, pero vengarse también es inmoral, es inhumano.

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