Quiero decir en primer lugar que no busco
posar de científico, ni de médico, ni de nutricionista ni mucho menos, sin
embargo, sí me gustaría hablar de un tema que me obsesiona desde hace muchos
años, incluso desde mi infancia: se trata de la comida.
Cuando era niño no me gustaba comer carne, ni
comer o tomar nada que estuviera hirviendo, caliente en grado sumo. Con el paso
del tiempo un endocrinólogo me sugirió que comiera pollo, pescado, jamón, etc;
porque yo era muy chiquito y quería ser más grande. El médico me recetó comer
carne. Desde esa época soy carnívoro, aunque no participo en espectáculos donde
se torturan animales antes de comérselos.
También, ahora que soy mayor (¿adulto?) me
gusta tomar y comer cosas calientes. Lo frío sabe feo, a veces, excepto el
helado o las bebidas refrescantes. Cuando era niño también me restringieron el
consumo de azúcar, porque supuestamente sufría de hipo-glicemia. Jamás hice la
mencionada dieta porque mi mamá me acompañaba a las panaderías a comer
bizcochos, galletas, ponqués, etc. Ella era una completa y declara fan del
azúcar.
Ahora, soy muy amigo de la Coca-Cola; cuando
era niño en mi casa no se tomaba gaseosa. Pero ahora, sí que tomo esta bebida
en grado sumo. Ya sé, muchos me han criticado por tomar Coca-Cola, dicen que es
malo para la salud, que la Coca-Cola afloja tornillos, que es veneno, etc. Sin
embargo, yo no le pongo atención a esos comentarios. La Coca-Cola no me ha
hecho ningún daño hasta ahora y creo que no me lo hará en el futuro. Eso
espero. Un exalumno me contó que su abuelita, que había muerto a los noventa años,
tomó Coca-Cola hasta el último día de su vida, y que nunca le pasó nada por
hacerlo.
Sí, vivimos en una especie de neurosis por la
comida. Los que no tienen ni para comer viven pensando en por lo menos comerse
un pan; los vegetarianos detestan la carne y a quienes matan animales para
hacerlo. Algún día yo también seré vegetariano, pero por ahora no. Otros comen
todo bajo en grasa, bajo en lactosa, bajo en alcohol, bajo en azúcar, bajo en
sal. Mejor dicho comen todo sin el elemento más sabroso y más dañino.
Yo también tengo que comer bajo en sal porque
soy hipertenso, y la sal es veneno para las personas que sufrimos de la llamada
“enfermedad silenciosa”. Creo que con respecto a la comida, aparte de todo lo
que he contado, se ha creado una especie de “neurosis” colectiva, todo el mundo
lo regaña a uno por tomar Coca-Cola, por comer hamburguesas de McDonalds, por
comer dulces, por comer azúcar, por comer carne, por tomar leche con leche, por
comer chocolates con chocolate, por tomar cerveza con alcohol (aunque yo no
consumo bebidas embriagantes, casi nunca, solo en diciembre y eso).
Sí, la gente se ha vuelto loca por culpa de
la comida; todo el mundo se cree con el derecho de indicarle a uno qué comer,
qué no comer, qué sí comer. Todo el mundo cree que si se come puras verduras y
agua se está comiendo sano y eso es una falacia, y lo digo porque yo cultivé
vegetales en el colegio, en mi vocacional de agricultura.
Muchos vegetales son cultivados con semillas
transgénicas, y muchos vegetales han recibido varios baños de pesticidas para
matar posibles plagas que los afecten. Mejor dicho, toda la comida tiene sus
pros y sus contras. Sin embargo, se ha vuelto como una especie de cacería de
brujas juzgar a los otros por la comida que comen, y lo peor: juzgarse a uno
mismo por eso.
Obviamente, es elemental que si usted toma
mucho alcohol se va a enfermar del hígado, si come mucha azúcar le va a dar
diabetes (supongo), si es hipertenso y come sal, pues se le subirá la tensión;
y así todo por el estilo. Pero, esa estupidez de tratar de comer todo light, de
cuidarse en exceso, de comer y tomar todo edulcorado, de comer sin comer y de
tomar sin tomar “porque todo hace daño” es propio de maníacos. Eso sin contar
con la gente que no come porque se engorda, de los que sufren de bulimia y de
anorexia, y de los que hacen dieta porque está de moda hacerlo.
Coman con sentido común. Toda la comida tiene
efectos en el cuerpo, algunos benéficos y otros dañinos, y NO se les olvide: en
el mundo hay 790 millones de personas que ni siquiera tienen para comer un pan.
No se les olvide esto cuando vayan al supermercado y compren todo light, o
gourmet. Cada quien come lo que puede, lo que quiere, y lo que necesita. No más
neurosis de la comida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario