El otro día leí la
historia de un supuesto viajero en el tiempo, quien aseguraba venir del año
2058 o algo así. El viajero dio ciertas pruebas de su travesía intercronológica
aseverando que habría una guerra en Oriente Medio en la primera década del
Siglo XXI, y que en el año 2015 estallaría la Tercera Guerra Mundial,
adicionalmente vaticinó que hacia el 2030 habría una pandemia de gripe aviar en
el mundo. Es de anotar que este viajero apareció en los medios de comunicación
en la década de los 90’s, cuando todavía no habían ocurridos los atentados del
11-S. El viajero no dijo nada sobre los atentados – cosa extraña -, pero sí le
dio a lo de la guerra en Oriente Medio. Posteriormente, alguien demostró que
todo había sido un fraude, y que el viajero se había “inspirado” en una novela
de ciencia ficción inédita.
Fuera de locuras, es
interesante poner este tema sobre el tapete: ¿Es factible viajar en el tiempo? Antes
del Siglo XX era una locura pensar en esto, ¿por qué? Porque sólo a principios
de este siglo se descubrió la llamada física cuántica, la cual podría ser la
clave de esta inverosímil posibilidad. La física cuántica, sin embargo, se basa
en un antiguo razonamiento platónico. Según el filósofo griego, la unidad más
pequeña del universo no podía ser material, porque si lo fuera siempre se
podría dividir en dos partes. De esta forma, según Platón, la unidad más pequeña
del universo debía ser inmaterial. La física cuántica comprobó esto a
principios del Siglo XX, y le dio un nombre a estas unidades inmateriales, las
llamó “quantums”. El desarrollo de la física cuántica tuvo una utilización no
muy constructiva, en principio, se trataba de la energía nuclear, bajo los
descubrimientos del científico Albert Einstein.
En el año 2012, se
descubrió la materia oscura. El bosón de Higgs, también fue descubierto gracias
a una simple deducción de un físico inglés de apellido Higgs. El
razonamiento partía de una elemental operación mental: si existe la materia,
también debe existir la antimateria, la cual mantiene cohesionada a la primera.
Después de varios años, y de varios millones de dólares gastados, un
laboratorio en Suiza comprobó que esto era verdad.
La física cuántica,
aunada a la materia oscura, podrían ser la piedra fundacional de posibles
viajes en el tiempo. ¿Por qué? Por una simple razón; porque esos dos
descubrimientos demuestran que debajo de la materia hay un mundo inmaterial,
que detrás de lo que vemos hay algo que no vemos, que detrás de la materia hay
infinitas posibilidades invisibles. ¿Es factible retroceder en el tiempo? Desde
un punto de vista material eso es imposible. Pero, desde una perspectiva
inmaterial sí podría producirse esta situación. El mundo material es la
posibilidad manifestada. El mundo inmaterial es la posibilidad que no se ha
manifestado. Para explicar esto debemos recurrir a la paradoja del gato de Schrödinger. La paradoja
consiste en encerrar a un gato dentro de una caja acompañado de un mecanismo
radioactivo, que si es activado por el gato le podría producir la muerte. Sin
embargo, la paradoja nos presenta dos posibilidades: 1. Que el gato active la
pila radioactiva y se muera, y 2. Que el gato nunca active la pila radioactiva.
¿Cómo sabemos que el gato se murió? Abriendo la caja. Antes de abrir la caja
habían dos posibilidades latentes, al abrir la caja sólo habrá una y por lo
tanto se ha modificado la realidad. La paradoja del gato de Schrödinger es una metáfora de la física
cuántica. Cuando no se ha abierto la caja, de cierta forma se está en frente
del mundo cuántico, del mundo de todas las posibilidades. ¿Cómo creamos una
posibilidad? Afectando el mundo físico a voluntad.
En
el mundo cuántico, existen las dos posibilidades, viajar en el tiempo, y no
viajar en el tiempo. En el mundo material sólo hay una posibilidad: No se puede
viajar en el tiempo. Sin embargo, el reto de la ciencia está en cambiar la
posibilidad manifiesta en el mundo material, por la posibilidad no manifestada,
ésta es: Sí se puede viajar en el tiempo.
El
científico Michio Kaku en una reciente publicación afirmaba que todas estas
fantasías, como viajar en el tiempo, podrían ser una realidad en algunos años si
se aplicaban correctamente los descubrimientos. Viajar en el tiempo plantea una
paradoja adicional: ¿Es posible modificar la historia? Si viajamos a la
Alemania de principios del Siglo XX y aniquilamos a Hitler, ¿podría con esto
evitarse la Segunda Guerra Mundial? No lo sabemos. Si alguien evita que uno de
nosotros naciera, ¿qué pasaría? ¿Desapareceríamos? Si nos encontramos con
nosotros mismos en el pasado, ¿podría colapsar el universo? Tampoco lo sabemos.
Otra
pregunta inquietante, ¿alguien del futuro ya está en nuestro presente? Einstein
decía que los extraterrestres no eran más que viajeros del futuro que visitaban
nuestro presente. Todo esto es fascinante, seguiremos hablando de estos temas,
en los que somos profanos, pero que, como seres humanos nos atraen
profundamente.
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